El Colectivo De la polis comenzó a llamarse como tal, luego de darnos cuenta que todos los que conformábamos una de las mesas, del bar Madrid, teníamos más de un interés en común, y que si le dabamos un empujón a la espalda del compañero, esto podría llegar a ser un gran proyecto. Nuestras visiones desde un principio fueron el arte y la educación, dándonos cuenta luego de varios sueños, muchas suposiciones y cuestionables imbecilidades que todas esas ideas llegarían de una u otra forma a concretarse, siempre y cuando fuéramos constantes y consecuentes con lo que se pretendía.
Nuestro proyecto siempre ha estado conformado por cuatro personajes, y una que otra visita aportadora o ladrona de ideas, cada uno se desempeña en distintas áreas laborales con y sin relación a las propuestas del De la polis, algunos de los excéntricos oficios de los integrantes del colectivo han sido; proyector de películas en un cine, garzón(a) de bares de dudosa reputación y cafés literarios , diseñador(a) de accesorios, objetos y espacios, asistente de turismo, vendedor(a) ambulante del parque forestal, vendedor(a) de galletas de avena, repartidor(a) de comida vegetariana, asesor(a) de apoderados, profesor(a) de lenguaje, asistente de un cine , profesor de arte, pintacaritas, vendedor (a) de celulares, entre otras.
Dentro del colectivo todos mantenemos las mismas responsabilidades, ya que somos un equipo donde la opinión y la crítica tienen el mismo valor, lo que nos hace conscientes de nuestras palabras, gestos y acciones.
Como colectivo De la polis trabajamos desde nuestras expectativas personales para que en su desarrollo y culminación el término sea de aspecto social, se queden y perduren por todos los tiempos amén.
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